La encrucijada de Venezuela: La visión de los gobiernos de derecha sudamericanos ha sido de tan corto y absurdo alcance que han hecho del caso Venezuela una situación de potencial conflicto geopolítico global con posibles consecuencias impredecibles
La encrucijada Venezolana
Por Oscar Casal
Venezuela: Maduro se abre al diálogo con EUA, habla de una reunión
secreta entre su canciller y el enviado especial estadounidense para asuntos
venezolanos. Por su parte los EUA no estarían dispuestos a dialogar con Maduro
al menos que renuncie. La operación Guaidó no demuestra ser eficaz, no tiene el
menor control sobre decisiones internas y solo se ha limitado a un puñado de
acciones internacionales irrelevantes como la designación de embajadores que ni
siquiera son reconocidos oficialmente por los cancillerías de los países (ver
página de la cancillería Argentina). El ahogo financiero y económico de las
sanciones estadounidenses empeoran la ya difícil situación de los venezolanos,
pero los EUA no logran imponer su estrategia ni en la ONU ni en la OEA.
Las perspectivas
son complejas porque tampoco el Congreso de los EUA ha reconocido al gobierno
de Guaidó y aparentemente es renuente a darle a Trump una luz verde para una
intervención militar.
Las negociaciones promovidas por México y Uruguay que se
llevaron a cabo la semana pasada en Montevideo con algunos países integrantes de la UE no
lograron ningún consenso efectivo, por el contrario rompieron con la postura no
injerencista que sostenían México y Uruguay, cuando los negociadores uruguayos
aceptaron cambiar de postura y unirse al bloque europeo en el pedido al llamado
a elecciones "libres" en Venezuela. Elecciones libres y justas serían
que no gane Maduro ni el proyecto chavista para EUA, la UE. el Grupo Lima y
demás aliados?
La oposición venezolana tampoco demuestra demasiado interés en
sentarse a una mesa de diálogo con Maduro por el contrario Guaidó pide la
intervención militar de los EUA para masacrar a sus compatriotas.
A su vez los
gobiernos de derecha se encargaron de dinamitar la UNASUR, sacando del medio la
posibilidad de utilizar esa herramienta como un espacio de diálogo y búsqueda
de soluciones en la región, tal cual había venido funcionando desde su
creación. Por el contrario el Grupo Lima se muestra disciplinado a los
intereses estadounidenses y acosa permanentemente al gobierno Venezolano. La
prensa internacional sólo fogonea el derrocamiento de Maduro y se suma al acoso
de las "democracias occidentales".
A eso se le suma que tanto Rusia
como China tienen fuertes intereses comerciales como militares en Venezuela,
sobre todo el primero, que ya advirtió con firmeza que no haya intervención
militar ni injerencia extranjera en el hermano país.
La visión de los gobiernos
de derecha sudamericanos ha sido de tan corto y absurdo alcance que han hecho
del caso Venezuela una situación de potencial conflicto geopolítico global con
posibles consecuencias impredecibles. Teniendo a mano instrumentos para
coadyuvar a la solución del conflicto lo que han hecho es colocar a la región
en una situación de peligro inminente. Maduro está dispuesto a resistir y no
renunciar, tiene el apoyo de las FF.AA. y de parte de la población. Por el
momento no hay indicios que sectores castrenses puedan dar un giro en ese apoyo
porque son parte central de la revolución bolivariana.
La solución debiera partir de los propios venezolanos en el marco de un
espacio multilateral de negociación donde las partes involucradas asuman compromisos realistas y que
no perjudiquen aún más a la ciudadanía venezolana, acompañados por Organismos Internacionales y Países que hayan demostrado voluntad de no intervención en el conflicto.
Esta aspiración es de muy
difícil cumplimiento, pareciera que la decisión ya ha sido tomada en
Washington, y el gobierno de Maduro debe caer cueste lo que cueste. Si será a
través del estrangulamiento total de la economía venezolana, lo cual será una
agonía prolongada, o a través de una intervención militar directa, lo que sería
una masacre, solo lo saben unos pocos
funcionarios de la administración Trump.
América Latina vuelve a tomar
protagonismo de una manera lamentable.
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