Las Personas Trans Importan
Por: Oscar Casal, ciudadanx cisgénero en proceso de deconstrucción.

Sólo unas brevísimas reflexiones sobre  las declaraciones públicas de la señora Amalia Granata, diputada provincial por Santa Fe.

Sus comentarios, más allá de repudiables, son peligrosos, violentos y traen incorporados al menos tres elementos de suma gravedad que atentan contra una  convivencia democrática en armonía,  muy similares a lo que ocurría en épocas oscuras de la dictadura militar.

-          El componente odiador:  hacia la personas Travestis, transexuales, transgéneros (TTT), para activar  en la sociedad un sentimiento trans-odiador direccionado contra  la comunidad más vulnerada en sus DD.HH de la Repúbllica Argentina desde hace varias décadas.

-          El componente negacionista: no creo que Amalia  Granata desconozca las innumerables dificultades que padecen a diario las personas trans, muy por el contrario debe estar bien informada sobre las condiciones de vulnerabilidad extrema que padecen históricamente la mayoría de ellas, con un promedio de vida no superior a los 35 años de edad en pleno siglo XXI, seguramente su peluquera trans se lo debe haber comentado.

-          El componente abusador: que tiene que ver con el desprecio y descalificación que ella hace hacia la comunidad trans desde su posición dominante, donde ella usufructúa  un “privilegio” que la mayoría de los ciudadanos no tenemos que son sus Fueros parlamentarios.

Y me quiero detener en este aspecto porque no es menor, ya que ella ha sido electa como representante por Santa Fe para ocupar una banca en la Cámara de Diputados  provincial lo que le da “el privilegio” de gozar de fueros parlamentarios para poder hablar y actuar con libertad. Pero ese privilegio que le corresponde no fue, ni es concebido para descalificar, ni atacar, ni agraviar  a comunidades vulnerabes, muy por el contrario está concebido para tener inmunidad relativa frente a los poderes fácticos.

La señora Granata tiene todo el derecho de no concordar con el espíritu de una ley, puede no apoyarla, puede votarla en contra, pero lo que no puede hacer, por más privilegios que tenga es no cumplirla. La libertad de expresión dentro de un marco democrático es imprescindible siempre que se encuadre dentro de las normas vigentes, y  los dichos de la señora Granata claramente son discriminatorios, violentos y ofensivos.

La ley de Cupo laboral Travesti Trans (Ley 27636) lejos de ser un privilegio, es un acto de reparación, reconocimiento e inclusión. Todo ejercicio  reparatorio es un acto de justicia.

 Por esta ley, el Estado reconoce su rol violatorio, discriminador y abusivo que tuvo y mantiene respecto a las personas trans ,  tratando de  generar una  reparación, a mi juicio histórica,  mediante un intento de inclusión e integración social utilizando  un instrumento virtuoso como es el trabajo formal.

El Estado ha sido el principal violador de  los DD.HH, sociales, laborales, políticos etc. de la comunidad TTT, a manos de sus fuerzas de seguridad en especial de las policías. La mayoría de las personas trans han sido históricamente víctimas de persecuciones, detenciones, abusos, violaciones, cárceles y muertes por parte del Estado. Pero no solo el Estado es el único responsable de la situación de vulnerabilidad y marginación de las personas trans. La sociedad ha hecho todo lo posible para invisibilizarlas, maltratarlas, excluirlas, empujarlas más allá de  los márgenes imaginables y matarlas. Las ha expulsado para   que ocupen un lugar por fuera de los límites sociales, condenándolas   a  ejercer la prostitución y otras actividades conexas como únicos medios de vida.  Argentina tiene el triste record de ser el segundo país de América del Sur con más número de transfemicidios.

La mayoría de las  personas trans sufren todo tipo de vejámenes desde muy pequeñas  por parte de su familia, sus colegios, sus allegados, la sociedad en su conjunto. Muy pocas personas trans han tenido una infancia y una adolescencia feliz, con amor y contención de su entorno. Decir que es un “privilegio” tener un empleo formal y de esta manera poder lograr una integración social sostenible es generador de  violencia y discriminación.

 Cuando se deben reafirmar derechos es porque es preciso hacerlo. Y voy a poner de ejemplo la ley de cupo femenino. Nadie prohibía a las mujeres  ocupar cargos electivos, pero en los hechos no sucedía hasta que la ley fue aprobada y en la actualidad se cumple y mediante la cual la señora Granata   ocupa una banca en la legislatura provincial. Del mismo modo sucede con la ley de cupo trans, no está prohibido que trabajen, la cuestión es que la amplia mayoría no tienen POSIBILIDADES REAES DE SER CONTRATADAS. Para que se entienda,  tener posibilidades no es un privilegio es un derecho.

Seguramente algunos se quejarán de que el Estado no debiera emplear más personal y que esto constituye  un “privilegio”. Claramente la ley no contempla crear nuevos cargos,  sino que el ingreso de las personas trans al Estado se efectúa ocupando las vacantes existentes que se producen  por retiros, renuncias o jubilaciones.

Porqué Granata considera que es un privilegio que una persona trans pueda tener la posibilidad de un trabajo formal y no considera un privilegio por ejemplo que el Estado subsidie la educación primaria y secundaria privada de las clases más acomodadas? O que el Estado “sostenga” al culto católico? O que empresas emblemáticas locales que cotizan en Wall Street tengan subsidios, exenciones impositivas o condonaciones de deudas millonarias por parte del Estado?

Tenemos que ser conscientes  que la cultura patriarcal heteronormativa  hegemónica desde hace miles de años nos ha formateado de tal manera nuestros pensamientos, sentimientos y deseos que todo lo que escapa a la lógica binaria es agredido, descalificado, invisibilizado. Las personas trans (y otras comunidades LGBT+)  han tenido, tienen y tendrán el valor de poner en debate ese sistema milenario,  donde la sexualidad oficial, la identidad oficial, la genitalidad oficial es cuestionada. . Las personas trans nos enseñan que el universo de femineidad y masculinidad  es más amplio, diverso y enriquecedor que el que nos han querido hacer creer durante miles de años.

No me quiero quedar solamente con el repudio a la actitud política de AG, en mi opinión el repudio debe ser parte de una serie de acciones más concretas  tendientes a dejar bien en claro una posición  diferente, por ello sugiero lo siguiente:

-          Realizar una Movilización popular encabezada por organizaciones TTT,  LGBT + y la sociedad  que no está a favor de ningún tipo de discriminación ni acepte discursos transodiantes, hacia la legislatura de Santa Fé con el objeto de reclamar las disculpas públicas por parte de la legisladora Granata.

-          Que la Cámara de Diputados de Santa Fé manifieste su repudio a través de una Declaración de desagravio a los dichos de la legisladora Granata.

-          Que la Cámara de diputados provincial conforme un comité de ética para evaluar si la conducta de la legisladora Granata, merece o no algún tipo de sanción.

-          Que la Cámara de Diputados santafecina suspenda los fueros de la legisladora Granata para que ratifique o rectifique sus dichos ante la Justicia.

-          Como una clara señal de apoyo a la comunidad TTT, a la no discriminación y al respeto inquebrantable de los DD.HH. que se instrumente de manera urgente e inmediata el cupo laboral travesti trans en la Legislatura de Santa Fe y que se invite a la Gobernación a seguir dichos pasos.

Lo de Amalia Granata no fue un exabrupto ni una conducta inocente o descuidada , es una clara señal política y social del desprecio que determinados sectores sociales y políticos sienten hacia las comunidades vulnerables y hacia lo popular,  buscando generar  complicidades emocionales en la sociedad  a través de los medios dominantes para impedir   el ejercicio de sus derechos y de ser posible suprimirlos.

A mi las personas trans me importan PORQUE LAS PERSONAS TRANS IMPORTAN¡¡¡

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