Las Personas Trans Importan
Sólo unas brevísimas reflexiones
sobre las declaraciones públicas de la
señora Amalia Granata, diputada provincial por Santa Fe.
Sus comentarios, más allá de
repudiables, son peligrosos, violentos y traen incorporados al menos tres elementos
de suma gravedad que atentan contra una convivencia democrática en armonía, muy similares a lo que ocurría en épocas
oscuras de la dictadura militar.
-
El componente odiador: hacia la personas Travestis, transexuales, transgéneros
(TTT), para activar en la sociedad un
sentimiento trans-odiador direccionado contra
la comunidad más vulnerada en sus DD.HH de la Repúbllica Argentina desde
hace varias décadas.
-
El componente negacionista: no creo que Amalia Granata desconozca las innumerables dificultades
que padecen a diario las personas trans, muy por el contrario debe estar bien
informada sobre las condiciones de vulnerabilidad extrema que padecen históricamente
la mayoría de ellas, con un promedio de vida no superior a los 35 años de edad
en pleno siglo XXI, seguramente su peluquera trans se lo debe haber comentado.
-
El componente abusador: que tiene que ver con el
desprecio y descalificación que ella hace hacia la comunidad trans desde su
posición dominante, donde ella usufructúa un “privilegio” que la mayoría de los ciudadanos
no tenemos que son sus Fueros parlamentarios.
Y me quiero detener en este
aspecto porque no es menor, ya que ella ha sido electa como representante por
Santa Fe para ocupar una banca en la Cámara de Diputados provincial lo que le da “el privilegio” de
gozar de fueros parlamentarios para poder hablar y actuar con libertad. Pero
ese privilegio que le corresponde no fue, ni es concebido para descalificar, ni
atacar, ni agraviar a comunidades
vulnerabes, muy por el contrario está concebido para tener inmunidad relativa
frente a los poderes fácticos.
La señora Granata tiene todo el
derecho de no concordar con el espíritu de una ley, puede no apoyarla, puede
votarla en contra, pero lo que no puede hacer, por más privilegios que tenga es
no cumplirla. La libertad de expresión dentro de un marco democrático es
imprescindible siempre que se encuadre dentro de las normas vigentes, y los dichos de la señora Granata claramente son
discriminatorios, violentos y ofensivos.
La ley de Cupo laboral Travesti
Trans (Ley 27636) lejos de ser un privilegio, es un acto de reparación, reconocimiento
e inclusión. Todo ejercicio reparatorio
es un acto de justicia.
Por esta ley, el Estado reconoce su rol violatorio,
discriminador y abusivo que tuvo y mantiene respecto a las personas trans , tratando de
generar una reparación, a mi juicio
histórica, mediante un intento de
inclusión e integración social utilizando un instrumento virtuoso como es el trabajo
formal.
El Estado ha sido el principal violador de los DD.HH, sociales, laborales, políticos
etc. de la comunidad TTT, a manos de sus fuerzas de seguridad en especial de
las policías. La mayoría de las personas trans han sido históricamente víctimas
de persecuciones, detenciones, abusos, violaciones, cárceles y muertes por
parte del Estado. Pero no solo el Estado es el único responsable de la
situación de vulnerabilidad y marginación de las personas trans. La sociedad ha
hecho todo lo posible para invisibilizarlas, maltratarlas, excluirlas,
empujarlas más allá de los márgenes imaginables
y matarlas. Las ha expulsado para que
ocupen un lugar por fuera de los límites sociales, condenándolas a ejercer la prostitución y otras actividades
conexas como únicos medios de vida. Argentina
tiene el triste record de ser el segundo país de América del Sur con más número
de transfemicidios.
La mayoría de las personas trans sufren todo tipo de vejámenes
desde muy pequeñas por parte de su
familia, sus colegios, sus allegados, la sociedad en su conjunto. Muy pocas
personas trans han tenido una infancia y una adolescencia feliz, con amor y
contención de su entorno. Decir que es un “privilegio” tener un empleo formal y
de esta manera poder lograr una integración social sostenible es generador
de violencia y discriminación.
Cuando se deben reafirmar derechos es porque
es preciso hacerlo. Y voy a poner de ejemplo la ley de cupo femenino. Nadie
prohibía a las mujeres ocupar cargos
electivos, pero en los hechos no sucedía hasta que la ley fue aprobada y en la
actualidad se cumple y mediante la cual la señora Granata ocupa una banca en la legislatura
provincial. Del mismo modo sucede con la ley de cupo trans, no está prohibido
que trabajen, la cuestión es que la amplia mayoría no tienen POSIBILIDADES
REAES DE SER CONTRATADAS. Para que se entienda, tener posibilidades no es un privilegio es un
derecho.
Seguramente algunos se quejarán
de que el Estado no debiera emplear más personal y que esto constituye un “privilegio”. Claramente la ley no
contempla crear nuevos cargos, sino que
el ingreso de las personas trans al Estado se efectúa ocupando las vacantes existentes
que se producen por retiros, renuncias o
jubilaciones.
Porqué Granata considera que es
un privilegio que una persona trans pueda tener la posibilidad de un trabajo
formal y no considera un privilegio por ejemplo que el Estado subsidie la
educación primaria y secundaria privada de las clases más acomodadas? O que el
Estado “sostenga” al culto católico? O que empresas emblemáticas locales que
cotizan en Wall Street tengan subsidios, exenciones impositivas o condonaciones
de deudas millonarias por parte del Estado?
Tenemos que ser conscientes que la cultura patriarcal heteronormativa hegemónica desde hace miles de años nos ha
formateado de tal manera nuestros pensamientos, sentimientos y deseos que todo
lo que escapa a la lógica binaria es agredido, descalificado, invisibilizado.
Las personas trans (y otras comunidades LGBT+) han tenido, tienen y tendrán el valor de poner
en debate ese sistema milenario, donde la
sexualidad oficial, la identidad oficial, la genitalidad oficial es
cuestionada. . Las personas trans nos enseñan que el universo de femineidad y
masculinidad es más amplio, diverso y
enriquecedor que el que nos han querido hacer creer durante miles de años.
No me quiero quedar solamente con
el repudio a la actitud política de AG, en mi opinión el repudio debe ser parte
de una serie de acciones más concretas tendientes a dejar bien en claro una
posición diferente, por ello sugiero lo
siguiente:
-
Realizar una Movilización popular encabezada por
organizaciones TTT, LGBT + y la sociedad
que no está a favor de ningún tipo de
discriminación ni acepte discursos transodiantes, hacia la legislatura de Santa
Fé con el objeto de reclamar las disculpas públicas por parte de la legisladora
Granata.
-
Que la Cámara de Diputados de Santa Fé
manifieste su repudio a través de una Declaración de desagravio a los dichos de
la legisladora Granata.
-
Que la Cámara de diputados provincial conforme
un comité de ética para evaluar si la conducta de la legisladora Granata,
merece o no algún tipo de sanción.
-
Que la Cámara de Diputados santafecina suspenda
los fueros de la legisladora Granata para que ratifique o rectifique sus dichos
ante la Justicia.
-
Como una clara señal de apoyo a la comunidad TTT,
a la no discriminación y al respeto inquebrantable de los DD.HH. que se
instrumente de manera urgente e inmediata el cupo laboral travesti trans en la
Legislatura de Santa Fe y que se invite a la Gobernación a seguir dichos pasos.
Lo de Amalia Granata no fue un
exabrupto ni una conducta inocente o descuidada , es una clara señal política y
social del desprecio que determinados sectores sociales y políticos sienten
hacia las comunidades vulnerables y hacia lo popular, buscando generar complicidades emocionales en la sociedad a través de los medios dominantes para impedir
el ejercicio de sus derechos y de ser posible
suprimirlos.
A mi las personas trans me
importan PORQUE LAS PERSONAS TRANS IMPORTAN¡¡¡
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